Cuando

Cuando en tiempos en que una niña, solo lo es, si lleva falda, tacones, se pinta los ojos y lleva el pelo largo.
Cuando ser guapa es la obligación aunque camuflada con falsas palabras.
Cuando ser hombre parece ir de la mano a intentar ligar todo lo que sus ojos sean capaces de ver, babear, tocar, besar.

La noche, entonces, no me gusta.

Me monto en mi bici vieja, pintada a trozos, oxidada a otros y pedaleo lo mas fuerte que puedo.
El viento golpea mi cara tapada en parte por una bufanda roja, dejando que las lagrimas fluyan librement al son de unos pedales ruidosos.
Llego a la plaza de siempre, sigo a la segunda donde hago las dos vueltas de rigor, llego al puente y mirando al rio, lloro.
Lloro por todo y por nada, por no saber si soy o ni siquiera he llegado a ser.
Por los queridos y por los quedan por querer. Por los desaparecidos, por los que quieren desaparecer, por los que estan y los que apareceran.
Lloro por llorar, descansar, para agotar, para sentir.
Y luego los pedales cantan la nana que lleva a casa, una noche mas.