María abrió la puerta de casa de Jesús como pudo, con una sola mano, iba cargada con la compra de toda la semana. En ella también llevaba croisanes de chocolate, eran los preferidos de Jesús y había pensado que a esa hora todavía no habría desayunado.
Eran las 12 del mediodía, Jesús estaba tumbado en el sofá mirando la repetición de ese horrible programa en que unos cuantos famosillos de cuarta, invaden y destrozan una isla virgen simplemente por diversión.
- Buenos días!! Dijo Maria dejando la compra encima de la mesa.
A que no sabes que te he traído para desayunar??
- mamá, que no oigo la tele! Espérate a los anuncios!!
- te he traído esos croisanes que te gustan tanto, los de la pastelería Rami, si, ya sé que esta un poco lejos pero me he dicho, venga, porque no.
- mamaá!!
- bueno, voy a guardar la compra en la nevera, a ver si hacen esos malditos anuncios.
Maria fue colocando lo que había comprado en sus sitio e hizo un poco de café. Puso los croisanes en un platito y los llevó a la mesa.
Todavía no hacían anuncios así que dijo:
- No crees que ya es hora de desayunar y apagar el televisor?
- De acuerdo, mamá, de acuerdo, dijo Jesús refunfuñando, apagó la tele y se sentó en la mesa.
- Como te va el trabajo, hijo?
- Bien, bien, dijo Jesús con desánimo.
- Están buenos los croisanitos?
- Si. Muy buenos.
Por cierto, mamá, el otro día hablando con José, me dijo que te había visto cogida de la mano de un señor paseando por los campos de detrás la fuente. Es eso cierto?
- Emmm.. bueno… veras… últimamente paseo mucho, si, puede que haya ido por esa zona…
- Mamá!! Cogida de la mano de un hombre??
- Bueno es que…
- Así que es verdad? No me lo puedo creer, a tu edad…
Jesús se iba poniendo más y más nervioso a medida que la conversación iba avanzando.
- Nos estamos conociendo. Jesús, porque te pones tan nervioso?
- Que porque me pongo tan nervioso? Que nos estamos conociendo? Pero tu que te has creído!! Que no tienes 15 años para andar por ahí cogiendale la mano a cualquiera.
- Oye, hijo, no te permito que me digas que es un cualquiera, se llama Pedro y es muy buen hombre.
Jesús puso los codos sobre la mesa y las manos sobre la cabeza, que diría todo el pueblo, su madre, su madre con un hombre, que locura, nonono, no podía permitirlo, pero que tonteria. Respiro hondo y dijo:
- mamá, no puedo permitir que vayas paseándote por el pueblo con malas compañías.
- Pero Jesús, yo le quiero.
- Que??!! Que le quieres?? Pero que mamarrachadas estas diciendo, mamá, tu no estas bien de la cabeza. Quererle dice, pff, menuda tontería. Mamá, no quería llegar a estos extremos pero te prohíbo terminantemente que veas al tal novio, ja! Novio digo, al hombre este con quien te han visto.
- Tu no puedes prohibirme nada.
- Soy tu hijo, claro que te puedo prohibir salir con hombres. Es ridículo.
Maria empezó a llorar en silencio pero Jesús no se enteró porque cogió su café con leche y unos cuantos croisanes y se volvió a sentar en el sofá a ver el programa de la isla.
Maria se fue de la casa, triste, sin ganas de nada. Pasaron los días y ella no vio a Pedro pero tampoco fue a ver a su hijo. No vio a nadie, se encerró en su casa, en su cama a esperar hacerse vieja.
Cuando llevaba exactamente 5 meses i 3 semanas en ese estado, se puso su mejor falda, se hizo su moño y por primera vez en mucho tiempo se maquilló.
Salió a la calle pisando fuerte y pensando “mi vida es mía y yo decido lo que hago con ella”. Siempre había estado haciendo lo que querían los demás. Cuando era pequeña sus padres, luego su marido y al morir este, hacia ya mas de 30 años, su hijo.
No señor, se dijo, a mis 67 años voy a tomar las riendas de mi vida.
Fue a casa de Pedro, que sabia donde estaba pero nunca se había atrevido a ir allí. Llamó a la puerta y este la recibió con asombro primero y luego con una cálida sonrisa.
- Pensé que no vendrías nunca. Dijo pedro
- Pues ya ves que te equivocabas, dijo ella apartando su mano del marco de la puerta y entrando en su casa.
Cuando salió de casa de Pedro, habiendo pasado, sin duda la noche más especial de su vida, fue directa a casa de su hijo.
Esta vez no le llevaba ni la compra, ni los croisanes, ni el buen humor.
Llamó al timbre, ya no quería usar las llaves, eran las 9 de la mañana y sabia que estaba durmiendo. Que se levantase, que carai!
Jesús le abrió la puerta con los ojos medio cerrados y los calzoncillos de aviones que ella le había comprado.
- mamá? Dijo
- si, mamá, mamá para lo que te interesa.
Hijo, he venido aquí para decirte que ya estoy harta de que todo el mundo controle mi vida, de pensar en lo que pensaran los demás, de estar pendiente de lo que dirán, en hacer lo que no quiero solo por aparentar y encima aguantar tus decisiones como sentencias.
Desde hoy vuelvo a salir con Pedro y entérate que ahora sí, somos novios oficiales.
No hace falta que me felicites, ya me felicito yo.
Maria dio media vuelta y se fue, quedándose Jesús con la puerta en la mano y la boca abierta.
Pasaron dos años y Jesús seguía durmiendo hasta el mediodía y viendo programas estúpidos, Maria dejó de hacerle la compra cada semana y se casó con Pedro con un vestido de flores y por el ayuntamiento, lo que fue un gran escándalo en el pueblo de Villa Mirilla.
Escrito por Mar de Borja
la temptació
Fa 1 dia