Aqui la concepció de temps és molt diferent. Un dia poden semblar setmanes o una nit un instant. Molts Erasmus no es regeixen pel sol o la llum del dia. Molts dormen de dia i viuen la nit. No fan diversos apats als dia, sino que mengen quan tenen gana pero amb l'horari trasgiversat ...
Les setmanes es creen i es destrueixen a un ritme impresionant sense saber ben bé qué has fet dins de totes aquelles hores, aquells minuts viscuts.
Dins de casa el problema, però és més greu. Pots ser la persona mes activa del mon, que si t'endinses al meu saló i t'asseus en una butaca, l'atmosfera t'absorbeix i no et deixa anar. El minim indispensable de cul al sofà son dues bones hores pero el maxim encara no l'hem descobert. Cada nit algú hi dorm. És ben cert que tothom que arriba a casa ralenteix el seu ritme de vida i deixa les hores passar, el temps no té importancia. Extranyament, el temps no té importancia.
El numero de ocupantes de la casa o mejor dicho de "posto di letto" ( vulgarmente: camas) son 6 pero en realidad puede oscilar hasta 10, dependiendo de las visitas o amigos.
La casa se compone de dos habitaciones dobles y dos individuales.
En las individuales tenemos al hombretón de apariencia cavernicola pero corazón de mantequilla. Solo sus ojos verdes le delatan y cuando le pillas desprevenido. Suele agredir con las palabras y hacer chistes ingeniosos. No se valora como deberia.
En la otra "singola" encontramos al chico de gafas gruesas y mirada perdida. Suele empezar y terminar él la conversaciones que se acaban haciendo infinitamente largas. Nunca come en casa, va al comedor univeristario cada dia y en cada comida. Es cierto que primero, segundo y postre 2.80 euros es economico pero... Domingos baja al chino a por algo de arroz.
Las dos dobles ahora mismo son mixtas pero anteriormente hubo una de chicas. La mia.
La habitación de al lado contiene a dos amigos de adolescencia que cuando dejaron de parecer pareja empezaron a adoptar una relacion de hermanos con todos sus ventajas e incovenientes.
Ella es la chica de faldas y escotes que le gusta mantener la atención. No le gusta hacer las cosas sola y siempre se escuda con un hombre bonachón.
Él, el chico de pantalones bajados, calzoncillos a rallas y piercing en la lengua. Suelta tacos soeces por la boca sin ton ni son para dejar de ser un mimosin que despierta ternura. Provoca una ganas irrefrenables de abrazarle modo osito de peluche.
En la mia vivía hasta hace tres semanas una chica de pelo corto y sudaderas a cuadros. Su paso por la casa solía ser efimero, su (mi) habitación era su cobijo, le gustaba estar en ella. Pasaba largas horas en el ordenador viendo peliculas, hablando con Barcelona, mirando la vida de allá... El roce hace al cariño y las noche de "platea" con vino en la mano y platito de queso, no tiene precio.
Ahora convivo con el chico sigiloso. Es un caballero andante, no molesta, no ensucia, no desordena pero justamente esas con las poquillas cosas que puedo decir de él.
Los que no tienen habitación pero sí un sitio donde dormir son muchos y van rotando, asi que solo describiré la chica de pijama rosa que ve documentales sin parar. Es de las pocas que sigue fumando cigarrillos y no tabaco de liar. Cada centimo es de valor incalculable aqui en casa de los erasmus.
Y estos son mis coinquilinos, compañeros de piso, de erasmus y de vida, ahora mismo.
PD: En breve dejaré la doppia para ir a una singola!