Trobada dels diLLUMs d'arts al Forn
Fa 1 setmana
divendres, de març 30, 2007
dimecres, de març 28, 2007
relato fraccionado
medio muerta, con los pantalones mojados hasta las rodillas, despues de un dia patetico y una ojeras tridimensionales, os dejo el final. Ah! y ¡achuchus!
Tercer acto
- Miguel- decía ella mirándole- Mi Miguel.
Jorge cogió un taburete y se sentó al lado de la anciana. Le pareció que de pie se le notaria mas su incipiente temblor de piernas. ¿Pero qué estaba haciendo? Engañar a esa adorable abuelita. Si parecía que ni salida de un cuento. Tenía el pelo absolutamente blanco, radiante. Se notaba que se había puesto guapa para la ocasión. Llevaba los parpados pintados de color verde. Cierto era que el derecho se apreciaba de un tono mas clarito que el izquierdo, pero incluso ese detalle la hacia mas entrañable. Jorge no dejaba de repetirse para sus adentros que era despreciable. ¡Como podía ser tan ruin!
- Tienes muchas cosas que contarme. –expresó Margarita- ¿Como te ha ido todos estos años? Al principio recibía tus cartas regularmente pero luego… es normal. No te culpo, cariño.
Jorge vio a la anciana cubrirse los ojos con sus temblorosas manos.
- Murió el abuelo. Dijo finalmente.
El joven quiso disculparse pero ella se apresuró:
- No. Toca el violín para mí.
El chico palideció al instante. Su boca empezó a hacerse pastosa, sus pupilas se dilataron y sus manos empezaron a sudar.
- Sé que no habrás traído tu violín ¡pero ven!
Dijo la abuela levantándose con esfuerzo del sillón. Jorge la siguió, completamente aterrado. Lo llevó a una habitación repleta de adornos infantiles. En la cama descansaba un pequeño violín.
- ¡Es tu primer violín! ¿te acuerdas, cielo?
- Claro abuela.- Jorge se acercó al instrumento y lo acarició con la yema de sus dedos.- Como olvidarlo abuela.- Recorrió su contorno hasta que una lágrima salada se estampó contra la madera pulida.
- Abuela- dijo Miguel mirándola. Ella también lloraba.
Se abrazaron entre sollozos y ese instante, a partir de ese instante fueron realmente nieto y abuela.
Poco a poco se fueron relajando sin dejar de llorar. La tensión se desvanecía. Los secretos inconfesables se diluían, como instantes antes el azúcar de su café, y se convertían en realidad.
- Vamos al comedor, cariño.
Jorge asintió y antes de salir de la habitación la vio. Una guitarra.
- ¡Abuela! dijo medio riendo de la emoción. ¡Hoy voy a tocar la guitarra!
Todavía tenía una lágrima recorriendo su nariz, se la secó y cogió la funda negra.
Tocó un par de canciones en la sala de estar y por un fugaz segundo en la mirada de su abuela vio a una amiga con quien compartió una noche sin estrellas, entre cojines y olor a especias, risas y acordes que el desprendía; como ahora.
A la tercera canción Margarita apoyó la cabeza en el lateral del sillón y cerró los ojos. Dormida se quedó. Y dulcemente le entró la muerte, imaginando que su nieto era el que tocaba la guitarra. Que Miguelito la acunaba en su lecho con una nana de despedida. Que seguía teniendo su mancha blanca de nacimiento en el cuello, y que le seguía llamando yaya. Creyendo creer que ese sí era su Miguelito. Mentira azucarada que se llevó como equipaje.
Epílogo
Jorge no quiso cobrar su recompensa.
Todos los familiares de la difunda Margarita recibieron su parte proporcional en el testamento que ya había escrito varios meses antes de su muerte.
Mamen cada primer domingo de mes le pone flores a su madre. Es la única que la visita.
Jorge, ahora, en su desordenada habitación, al lado de su guitarra, guarda la foto de su abuela Margarita.
Tercer acto
- Miguel- decía ella mirándole- Mi Miguel.
Jorge cogió un taburete y se sentó al lado de la anciana. Le pareció que de pie se le notaria mas su incipiente temblor de piernas. ¿Pero qué estaba haciendo? Engañar a esa adorable abuelita. Si parecía que ni salida de un cuento. Tenía el pelo absolutamente blanco, radiante. Se notaba que se había puesto guapa para la ocasión. Llevaba los parpados pintados de color verde. Cierto era que el derecho se apreciaba de un tono mas clarito que el izquierdo, pero incluso ese detalle la hacia mas entrañable. Jorge no dejaba de repetirse para sus adentros que era despreciable. ¡Como podía ser tan ruin!
- Tienes muchas cosas que contarme. –expresó Margarita- ¿Como te ha ido todos estos años? Al principio recibía tus cartas regularmente pero luego… es normal. No te culpo, cariño.
Jorge vio a la anciana cubrirse los ojos con sus temblorosas manos.
- Murió el abuelo. Dijo finalmente.
El joven quiso disculparse pero ella se apresuró:
- No. Toca el violín para mí.
El chico palideció al instante. Su boca empezó a hacerse pastosa, sus pupilas se dilataron y sus manos empezaron a sudar.
- Sé que no habrás traído tu violín ¡pero ven!
Dijo la abuela levantándose con esfuerzo del sillón. Jorge la siguió, completamente aterrado. Lo llevó a una habitación repleta de adornos infantiles. En la cama descansaba un pequeño violín.
- ¡Es tu primer violín! ¿te acuerdas, cielo?
- Claro abuela.- Jorge se acercó al instrumento y lo acarició con la yema de sus dedos.- Como olvidarlo abuela.- Recorrió su contorno hasta que una lágrima salada se estampó contra la madera pulida.
- Abuela- dijo Miguel mirándola. Ella también lloraba.
Se abrazaron entre sollozos y ese instante, a partir de ese instante fueron realmente nieto y abuela.
Poco a poco se fueron relajando sin dejar de llorar. La tensión se desvanecía. Los secretos inconfesables se diluían, como instantes antes el azúcar de su café, y se convertían en realidad.
- Vamos al comedor, cariño.
Jorge asintió y antes de salir de la habitación la vio. Una guitarra.
- ¡Abuela! dijo medio riendo de la emoción. ¡Hoy voy a tocar la guitarra!
Todavía tenía una lágrima recorriendo su nariz, se la secó y cogió la funda negra.
Tocó un par de canciones en la sala de estar y por un fugaz segundo en la mirada de su abuela vio a una amiga con quien compartió una noche sin estrellas, entre cojines y olor a especias, risas y acordes que el desprendía; como ahora.
A la tercera canción Margarita apoyó la cabeza en el lateral del sillón y cerró los ojos. Dormida se quedó. Y dulcemente le entró la muerte, imaginando que su nieto era el que tocaba la guitarra. Que Miguelito la acunaba en su lecho con una nana de despedida. Que seguía teniendo su mancha blanca de nacimiento en el cuello, y que le seguía llamando yaya. Creyendo creer que ese sí era su Miguelito. Mentira azucarada que se llevó como equipaje.
Epílogo
Jorge no quiso cobrar su recompensa.
Todos los familiares de la difunda Margarita recibieron su parte proporcional en el testamento que ya había escrito varios meses antes de su muerte.
Mamen cada primer domingo de mes le pone flores a su madre. Es la única que la visita.
Jorge, ahora, en su desordenada habitación, al lado de su guitarra, guarda la foto de su abuela Margarita.
dilluns, de març 26, 2007
relato fraccionado
¡Achis! Os presento la segunda parte. ¡Recordad leer la primera los q no lo habeis hecho! ¡Achus! besitos
Segundo acto
Toda la familia se reunió para recibir a Miguel o para presenciar el engaño, según como se mire.
La abuela Margarita, como le llamaba su nieta, llevaba toda la mañana trajinando de aquí para allá.
Desde las ocho de la mañana que se había levantado, se había limpiado concienzudamente con su guante azul sin necesidad de pedir ayuda a nadie, se había comido un yogurt y había ido a la peluquería cogida de su bolso negro. “ Hacia tiempo que no le veíamos por aquí señora Margarita” le había dicho la peluquera.
Al llegar a casa ya estaba agotada, eran las once.
Se sentó un momento en el sillón preferido de su difunto marido, antes de seguir con la larga lista de tareas que tenia en mente.
Llamaron a la puerta. Su hija.
- ¿No me digas que has empezado a hacer cosas, mamá? He venido más temprano para ayudarte. Siéntate y yo me pongo en la cocina.
- No hija, lo quiero hacer yo. Voy a hacer pollo al horno, el preferido de mi Miguel.
Mamen sabia que no la convencería así que propuso ayudarla.
A la una la comida ya estaba hecha y la casa olía a rico.
Margarita empezó a revisar si cada figurita de porcelana del estante estaba en su sitio.
- ¿Porque no acabas de arreglarte, mientras yo hago los entrantes, mamá? Le sugirió su hija viendo el creciente nerviosismo de su madre.
La abuela entró en el baño y sacó un enorme estuche rosa, del último cajón.
A la dos y cuarto llamaron a la puerta. Esta vez su otra hija, su marido, Gloria y Miguel. El falso Miguel.
Cada uno le dio un beso en la mejilla. Al llegarle el turno a Miguel, ella le cogió la cara con sus arrugadas manos. Estaban calientes.
- Hola abuela- susurró Jorge.
Los oscuros ojos de la anciana se llenaron de lágrimas que secó su nieto con su pulgar derecho, con delicada ternura.
Nadie dijo nada, todo el mundo observaba el espectáculo, sin escenario esta vez.
Todos se sentaron a la mesa y nadie le dio especial atención a la abuela completamente absorta en cada movimiento que hacia su nieto.
Cada miembro de la familia intentaba sacarle importancia a la llegada del tantos años desaparecido Miguel.
Al acabar de comer, cuando ya se creía la prueba superada la abuela anunció:
- Quiero que me dejéis a solas con Miguel.
- ¿Cómo a solas!- se sobresaltó Gloria.
- Dejadme pasar la tarde con él.- siguió Margarita.
- Pues claro mamá. La tranquilizó Mamen cogiéndole de la mano.
- ¡Nosotros también queremos estar con él abuela! Insistió Gloria, desconfiando de las aptitudes actorales de Jorge.
Se hizo el silencio en la mesa. Un minuto interminable que Jorge quebró:
- Yo me quedo con mi abuela.
Su rostro desprendía serenidad y autoridad al mismo tiempo, pero su corazón latía cada vez con mas fuerza. Por un momento creyó marearse pero sorbió un poquito de café y se le pasó.
Segundo acto
Toda la familia se reunió para recibir a Miguel o para presenciar el engaño, según como se mire.
La abuela Margarita, como le llamaba su nieta, llevaba toda la mañana trajinando de aquí para allá.
Desde las ocho de la mañana que se había levantado, se había limpiado concienzudamente con su guante azul sin necesidad de pedir ayuda a nadie, se había comido un yogurt y había ido a la peluquería cogida de su bolso negro. “ Hacia tiempo que no le veíamos por aquí señora Margarita” le había dicho la peluquera.
Al llegar a casa ya estaba agotada, eran las once.
Se sentó un momento en el sillón preferido de su difunto marido, antes de seguir con la larga lista de tareas que tenia en mente.
Llamaron a la puerta. Su hija.
- ¿No me digas que has empezado a hacer cosas, mamá? He venido más temprano para ayudarte. Siéntate y yo me pongo en la cocina.
- No hija, lo quiero hacer yo. Voy a hacer pollo al horno, el preferido de mi Miguel.
Mamen sabia que no la convencería así que propuso ayudarla.
A la una la comida ya estaba hecha y la casa olía a rico.
Margarita empezó a revisar si cada figurita de porcelana del estante estaba en su sitio.
- ¿Porque no acabas de arreglarte, mientras yo hago los entrantes, mamá? Le sugirió su hija viendo el creciente nerviosismo de su madre.
La abuela entró en el baño y sacó un enorme estuche rosa, del último cajón.
A la dos y cuarto llamaron a la puerta. Esta vez su otra hija, su marido, Gloria y Miguel. El falso Miguel.
Cada uno le dio un beso en la mejilla. Al llegarle el turno a Miguel, ella le cogió la cara con sus arrugadas manos. Estaban calientes.
- Hola abuela- susurró Jorge.
Los oscuros ojos de la anciana se llenaron de lágrimas que secó su nieto con su pulgar derecho, con delicada ternura.
Nadie dijo nada, todo el mundo observaba el espectáculo, sin escenario esta vez.
Todos se sentaron a la mesa y nadie le dio especial atención a la abuela completamente absorta en cada movimiento que hacia su nieto.
Cada miembro de la familia intentaba sacarle importancia a la llegada del tantos años desaparecido Miguel.
Al acabar de comer, cuando ya se creía la prueba superada la abuela anunció:
- Quiero que me dejéis a solas con Miguel.
- ¿Cómo a solas!- se sobresaltó Gloria.
- Dejadme pasar la tarde con él.- siguió Margarita.
- Pues claro mamá. La tranquilizó Mamen cogiéndole de la mano.
- ¡Nosotros también queremos estar con él abuela! Insistió Gloria, desconfiando de las aptitudes actorales de Jorge.
Se hizo el silencio en la mesa. Un minuto interminable que Jorge quebró:
- Yo me quedo con mi abuela.
Su rostro desprendía serenidad y autoridad al mismo tiempo, pero su corazón latía cada vez con mas fuerza. Por un momento creyó marearse pero sorbió un poquito de café y se le pasó.
divendres, de març 23, 2007
Relato fraccionado
Consta de tres actos y un epílogo. Os lo pondré por partes y asi no será tan largo. A ver que os parece.
Primer acto
Al salir a saludar, una gran ovación le llenó el cuerpo de satisfacción, reconocimiento y autoestima.
Unos pocos aplausos más y su ego habría empezado a verterse por sus orejas.
Entre bambalinas todos se felicitaron eufóricos.
Jorge había imaginado su debut de mil maneras pero una vez mas la realidad superaba la ficción.
Sábado tarde. Una llamada. El coordinador. Jim había tenido un accidente de moto. Él era el suplente.
Se retiró al camerino de su ausente compañero para saborear el momento mientras se miraba a los ojos en el espejo manchado de maquillaje.
Llamaron a la puerta, interrumpiéndolo. Jorge no respondió y una joven morena asomó la cabeza por la puerta entreabierta.
- ¿Jorge Nilo?
- Ajá .
Gloria entró en el camerino sin que nadie le hubiera invitado y empezó su preparado discurso:
- Me ha gustado mucho su actuación, realmente es el personaje que mas me ha llegado…
En la cara de Jorge se dibujó una pícara sonrisa. El primer día y ya tenia una fan, menudo éxito.
Gloria seguía hablando:
- Y por eso he pensado que usted seria el perfecto candidato.
El recién estrenado actor había desconectado por completo de la conversación y ¿ahora le proponía para candidato? ¿Pero de qué?
- ¿Perdona? Dijo al fin.
- ¿Aceptas? Respondió la chica con otra desconcertante pregunta.
- No, errrrr¿ Podrías repetírmelo?
- ¿Desde el principio?
- Bueno, no me ha quedado muy claro, sinceramente.
Gloria optó por el plan B y sacó de su bolso una antigua fotografía.
Las esquinas estaban ligeramente dobladas y un tono amarillento cubría la imagen de colores sin vida.
- Este es mi hermano-empezó a narrar. Mis padres se lo llevaron a estados unidos cuando él era pequeño. Debería tener unos doce o trece años. Este hecho resultó afectar mucho a mi abuela, era su nieto preferido. Poco a poco se fue recuperando de la conmoción pero hablaba de Miguel a todas horas.
Hace un par de años recibimos la noticia que había muerto en un trágico accidente pero no tuvimos valor para contárselo a la abuela.
El caso es que ahora necesitamos que lo vea por última vez. No quiere hacer el testamento sin ver a Miguel. Eso, al fin y al cabo nos da igual, solo tendrá la pensión de viudedad y el pisucho donde vive; pero es por ella. Para que se vaya tranquila.
Por eso al verte en el escenario y recordarme a mi hermano he pensado que deberías ser tu quien lo supla. Además siendo actor no te será nada difícil.
- Pero…-dijo Jorge mirando la foto.- Yo no me parezco en nada a tu hermano.
- Físicamente no tenéis un parecido exacto pero en tus ojos veo su mirada y en tus gestos veo a Miguel. Han pasado casi dieciocho años desde que mi hermano se fue. Con el tiempo la gente cambia físicamente.
- ¿porque tus padres se lo llevaron a Estados Unidos?
- Mi hermano tiene…tenia un don. Desde los seis años tocaba el violín como los ángeles.
En el conservatorio nos dijeron que era un genio, que no podíamos desaprovechar ese talento.
En mi casa no nos sobraba el dinero y mandarlo a Nueva York fue un gran esfuerzo para todos. Yo hubiera querido ir con él pero no podíamos permitírnoslo.
Jorge mientras iba observando la exuberante mujer que tenia delante iba rumiando la idea que le proponía.
Seria una nueva experiencia. Engañar profesionalmente. Sin que supieran que estaba actuando. Podría ser un nuevo reto, una prueba de fuego.
Gloria tiro de su camiseta de tirantes hacia abajo, dejando al descubierto unos centímetros más de su prominente escote.
- ¿Aceptas? Preguntó ella mirándole fijamente a los ojos.
Primer acto
Al salir a saludar, una gran ovación le llenó el cuerpo de satisfacción, reconocimiento y autoestima.
Unos pocos aplausos más y su ego habría empezado a verterse por sus orejas.
Entre bambalinas todos se felicitaron eufóricos.
Jorge había imaginado su debut de mil maneras pero una vez mas la realidad superaba la ficción.
Sábado tarde. Una llamada. El coordinador. Jim había tenido un accidente de moto. Él era el suplente.
Se retiró al camerino de su ausente compañero para saborear el momento mientras se miraba a los ojos en el espejo manchado de maquillaje.
Llamaron a la puerta, interrumpiéndolo. Jorge no respondió y una joven morena asomó la cabeza por la puerta entreabierta.
- ¿Jorge Nilo?
- Ajá .
Gloria entró en el camerino sin que nadie le hubiera invitado y empezó su preparado discurso:
- Me ha gustado mucho su actuación, realmente es el personaje que mas me ha llegado…
En la cara de Jorge se dibujó una pícara sonrisa. El primer día y ya tenia una fan, menudo éxito.
Gloria seguía hablando:
- Y por eso he pensado que usted seria el perfecto candidato.
El recién estrenado actor había desconectado por completo de la conversación y ¿ahora le proponía para candidato? ¿Pero de qué?
- ¿Perdona? Dijo al fin.
- ¿Aceptas? Respondió la chica con otra desconcertante pregunta.
- No, errrrr¿ Podrías repetírmelo?
- ¿Desde el principio?
- Bueno, no me ha quedado muy claro, sinceramente.
Gloria optó por el plan B y sacó de su bolso una antigua fotografía.
Las esquinas estaban ligeramente dobladas y un tono amarillento cubría la imagen de colores sin vida.
- Este es mi hermano-empezó a narrar. Mis padres se lo llevaron a estados unidos cuando él era pequeño. Debería tener unos doce o trece años. Este hecho resultó afectar mucho a mi abuela, era su nieto preferido. Poco a poco se fue recuperando de la conmoción pero hablaba de Miguel a todas horas.
Hace un par de años recibimos la noticia que había muerto en un trágico accidente pero no tuvimos valor para contárselo a la abuela.
El caso es que ahora necesitamos que lo vea por última vez. No quiere hacer el testamento sin ver a Miguel. Eso, al fin y al cabo nos da igual, solo tendrá la pensión de viudedad y el pisucho donde vive; pero es por ella. Para que se vaya tranquila.
Por eso al verte en el escenario y recordarme a mi hermano he pensado que deberías ser tu quien lo supla. Además siendo actor no te será nada difícil.
- Pero…-dijo Jorge mirando la foto.- Yo no me parezco en nada a tu hermano.
- Físicamente no tenéis un parecido exacto pero en tus ojos veo su mirada y en tus gestos veo a Miguel. Han pasado casi dieciocho años desde que mi hermano se fue. Con el tiempo la gente cambia físicamente.
- ¿porque tus padres se lo llevaron a Estados Unidos?
- Mi hermano tiene…tenia un don. Desde los seis años tocaba el violín como los ángeles.
En el conservatorio nos dijeron que era un genio, que no podíamos desaprovechar ese talento.
En mi casa no nos sobraba el dinero y mandarlo a Nueva York fue un gran esfuerzo para todos. Yo hubiera querido ir con él pero no podíamos permitírnoslo.
Jorge mientras iba observando la exuberante mujer que tenia delante iba rumiando la idea que le proponía.
Seria una nueva experiencia. Engañar profesionalmente. Sin que supieran que estaba actuando. Podría ser un nuevo reto, una prueba de fuego.
Gloria tiro de su camiseta de tirantes hacia abajo, dejando al descubierto unos centímetros más de su prominente escote.
- ¿Aceptas? Preguntó ella mirándole fijamente a los ojos.
dimecres, de març 21, 2007
Reportaje fotografico
En valencia he oido petardos, piulas, bombitas, mascletás. Pims, pams y pums. Patapum y patapataparapums. Polvora, humo, calor, ruido. Lo sientes en el cuerpo, en las orejas, bajo los pies. Retumba todo lo q pueda retumbar y luego nada.
He visto fuegos artificiales, pequeños sueños esparcidos por el cielo. Pensamientos multicolores. Chispas de ilusión.
Iluminados espectaculares, inmensos monumentos de luz, carton y pintura.
Falleras, falleros y fallas. Y fallas de falleras. Y antifalleras y...
Mucha critica ( de las fallas, en las fallas, en la calle), satira, ironia y fiesta.
dijous, de març 15, 2007
bye bye
Día 16 de Marzo (viernes)
A las 14:00 horas. Mascletá en la Plaza del Ayuntamiento.
A las 16:30 horas. En la tribuna instalada en la Plaza del Ayuntamiento, entrega de los premios de las Fallas Infantiles de todas las secciones, además de los premios obtenidos por éstas en su participación en los concursos de presentaciones, belenes, dibujo, play back, maquetas, cabalgata y llibrets.
A las 22:00 horas. Cabalgata Folklórica. Itinerario: salida desde C/ Játiva, Marqués de Sotelo, Plaza del Ayuntamiento por correos hasta María Cristina, Plaza del Ayuntamiento, Marqués de Sotelo hasta C/ Játiva.
A las 01:00 horas. Castillo de fuegos artificiales en el Paseo de la Alameda
Día 17 de Marzo (sábado)
A las 09:30 horas. En la tribuna instalada en la Plaza del Ayuntamiento, entrega de los premios de las Fallas de todas las secciones, además de los premios obtenidos por éstas en su participación en los concursos de la cabalgata del “Ninot”, calles adornadas e ilumindas, presentaciones, llibrets de falla y play back.
A las 14:00 horas. Mascletá en la Plaza del Ayuntamiento.
A las 16:00 horas. Comienzo de la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados.
A las 01:00 horas. Castillo de fuegos artificiales en el Paseo de la Alameda.
Día 18 de Marzo (domingo)
A las 11:00 horas. Homenaje al Poeta Maximiliano Thous en su monumento ( cruce entre C/ Sagunto y C/ Maximiliano Thous ). Con la colaboración especial de las falla Fray Pedro Vives – Bilbao – Maximiliano Thous. Al finalizar , disparo de una mascletá.
A las 12:00 horas. Homenaje al Maestro Serrano en su monumento ( Avda. Reino de Valencia ). Al finalizar , disparo de una mascletá.
A las 14:00 horas. Mascletá en la Plaza del Ayuntamiento
A las 16:00 horas. Comienzo de la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados.
A las 01:30 horas. “Nit del Foc” en el Paseo de la Alameda.
Día 19 de Marzo (lunes)
A las 11:00 horas. Ofrenda de Flores a la imagen de San José por las Falleras Mayores y sus Cortes (Puente de San José).
A las 12:00 horas. Misa solemne en honor del patriarca San José en la catedral de Valencia.
A las 14:00 horas. Mascletá en la Plaza del Ayuntamiento.
A las 19:00 horas. Cabalgata del fuego desde Calle Ruzafa por Colón hasta Porta de la Mar.
A las 22:00 horas. Cremá de las fallas infantiles.
A las 22:30 horas. Cremá de la falla infantil ganadora del primer premio de la sección especial.
A las 23:00 horas. Cremá de la falla infantil de la Plaza del Ayuntamiento.
A las 00:00 horas. Cremá de todas las Fallas de Valencia.
A las 00:30 horas. Cremá de las falla ganadora del primer premio de la sección especial.
A las 01:00 horas. Castillo de fuegos artificiales y en la Plaza del Ayuntamiento y cremá de la falla de esta plaza.
dimecres, de març 14, 2007
primavera
deja que te tinte la cara,
cierra los ojos y extiendete los brazos horizontalmente,
nota el viento soplando en tu contra, fuerte,
respira hondo y huele,
insipido jazmin.
todavia.
dulces almendros floridos.
¿lo notas? es la llegada de la primavera.
dilluns, de març 12, 2007
divendres, de març 09, 2007
dimecres, de març 07, 2007
Fresa ácida
Los q me leeis desde hace mas tiempo sabreis q hace mucho q no cuelgo uno de mis realtos. Os contaré pq. A mi me gustan los posts cortos y pienso q a los dmas les pasara como a mi q no tienen tiempo, pero no tiene pq ser así. Total q os cuelgo el último a ver si alguien se atreve a empezarlo y a acabarlo sin dormirse.
Por fin habían conseguido quedar. Llevaban más de un mes intentando tener una cita.
Primero ella; estuvo cuatro días en Bruselas. En el gabinete habían sido claros, debía asistir a tres conferencias sobre leyes internacionales y, por supuesto, hacerse ver en los actos protocolarios: El cóctel de bienvenida y la cena de gala.
Al llegar tuvo que hacer un par de seminarios en la universidad, eso siempre viene bien- le había dicho su jefe- nos da prestigio. ¡Si claro! pero ella ya tenia trabajo con el caso de Rodríguez.
Por si eso fuera poco a su mejor amiga no se le había ocurrido mejor momento para parir a su primera hija.
Y luego había sido él; no se perdió ni un concierto en el festival reggae de Tormandos. Autobús arriba, autobús abajo y pocas horas de sueño. Volvió, hizo una lavadora y se marchó de nuevo. En Ibiza un amigo suyo le estaba esperando para inaugurar su piso. Sin su guitarra no podía estrenar la casa, le gritó por el auricular del móvil. Pope, tan loco como siempre…
Aunque solo estuvo el fin de semana, tanta fiesta pasa factura. Las dos semanas siguientes se las pasó en cama y como único acompañante la gripe, tres mantas y un antibiótico cada 6 horas.
Y ahora, por fin, Marga estaba poniendo la mesa para cenar con Jorge. Parecía un chico majo, no se conocían demasiado pero quizá esta vez sí salía bien. Por lo menos había entendido que ella estuviera tan ocupada, posiblemente él también lo estaba, pensó.
Sabía que era un aventurero nato y justamente por eso le apetecía quedar con él, un cambio de rumbo en su vida no le vendría mal.
Al risotto le faltaba poco. Ella se duchó, se perfumó, se alisó el pelo, se maquilló, se puso su falda preferida, la negra y la conjuntó con una blusa azul pastel. Un colgante discreto y todavía faltaban diez minutos para las nueve.
Las nueve. Sacó el vino de la nevera y lo puso en la mesa, pulsó el play de la mini cadena plateada situada en un rincón del salón y empezó a sonar “la chica de Ipanema”.
Las nueve i cinco, estará aparcando pensó, encendió la lamparita del fondo y apagó la general para darle un ambiente mas romántico a la sala. Cogió la botella de vino y se dispuso a descorcharlo. El metal del cuchillo estaba frío y le costó varios intentos sacar el plástico que envolvía el corcho del Rioja. Finalmente se sirvió una copa; la alzó, observó su rojizo contenido a contraluz, lo olió y por último lo cató.
Ya eran las nueve y veinte y el chico no había aparecido. Marga fue a mirar su agenda; Efectivamente tenia escrito “viernes 20 de Enero a las 21.00 cena con Jorge en casa.”
A las diez, se dispuso a comerse el risotto amazacotado y a beberse la botella de vino entera. ¡Que menos! otra cita sin éxito. Pero esta era la peor y de largo, por lo menos las otras se habían presentado, esta ni siquiera había llamado.
Cuando terminó de cenar, sentada en el sofá, se sacó sus anteojos de pasta, rectangulares de color negro y los puso encima de la mesita del salón. Se tapó con la manta verde y encendió la tele a ver cualquier estúpido programa.
Así, se quedó dormida hasta que el teléfono sonó en mitad de la noche, cuando ya nadie lo esperaba.
- ¿Si?- respondió Marga.
- Hola Marga, soy Jorge.-dijo el chico con tono animado.
- ¿Jorge?
- Si, ¿como estas?
- Mmmmm
- ¿Te llamaba para ver si querías quedar conmigo?
- ¿Cómo quedar contigo?
- Si, para tomar algo.
- ¿Me estas tomando el pelo?- preguntó Marga bastante cabreada.
- No, ¿Por qué? ¿No te apetece?
- A ver Jorge-dijo la chica intentando guardar la calma- habíamos quedado HOY para cenar en mi casa, a la NUEVE. No te has presentado y ahora- miró hacia su muñeca- ¿a las 12h me llamas a casa para decirme que si quiero tomar algo contigo?
- ¡Noooooo?- dijo Jorge incrédulo. ¿habíamos quedado hoy?
No obtuvo respuesta.
- Entonces… Marga, lo siento, lo siento, lo siento. Se me había pasado por completo ¡De verdad! Imagínate que te llamaba para vernos. Déjame compensarte. Por favor, por favor, esto no puede quedar así.
A pesar de estar medio dormida y todavía un tanto enfadada por el plantón, sonrió al ver que el chico tenia interés por ella.
- ¡Ya lo tengo!- exclamó. En una hora. Nos vemos en una hora en la calle Picasso nº13, 5º 2ª. Te tendré una sorpresa preparada.
- ¿Ahora?
-Te espero- dijo el chico emocionado antes de colgar.
Marga se quedó pensativa con el auricular en la mano. La noche todavía podía acabar bien.
Se enfundó unos tejanos nuevos, en lugar de la falda ya arrugada, se retocó un poco y salió a la calle. Prefería ir andando y que le diera el aire. No estaba demasiado lejos.
Llegó diez minutos antes pero estaba tan impaciente por ver la sorpresa que Jorge le había preparado que no pudo controlarse y pulsó el timbre del interfono.
Nadie respondió. Marga alzó la vista, miró el viejo edificio y vio que las ventanas de la casa estaban todas cerradas.
No por favor-pensó-que no me haya equivocado escribiendo la dirección.
De pronto el interfono emitió un ruidito vibrante bastante molesto, ella empujó la puerta y se abrió.
La escalera no estaba en muy buen estado; la barandilla estaba oxidada y la luz se apagaba antes de llegar al siguiente interruptor. Por supuesto, no había ascensor y tuvo que subir andando hasta el quinto piso.
Al llegar arriba golpeó la puerta con la mano.
Ya casi era la 1h de la mañana.
Desde dentro se oyó un:
- ¡Ya voooooy!
En ese momento sus manos empezaron a sudar y su respiración se aceleró ligeramente, casi de manera imperceptible.
Cuando la puerta se abrió, un chico se abalanzó sobre ella, abrazándola. Esta sorprendida se retiro unos pasos sin logar soltar palabra. No conocía de nada al moreno que tenia delante. No estaba nada mal, ¿pero a que venia todo aquello?
Se oyeron unos pasos que bajaban por la escalera y rompieron la tensa escena.
- Veo que ya conoces a Mateo, mi compañero de piso.
- Bueno la verdad es que…
Jorge se acercó hacia ella y antes que pudiera terminar la frase le susurró que no le hiciera mucho caso ya debería estar medio borracho.
Marga entró en la caótica casa de Jorge. Solo en la entrada una gran montaña de ropa no les dejaba abrir la puerta. Eso es de Ruth, le comentó el chico, dice que no le cabe en la habitación.
- Tu como si estuvieras en tu casa le dijo al llegar al salón. Ja! Como en su casa- pensó ella. Consiguió coger la silla que parecía mas entera para sentarse, ya que las otras dos estaban rotas y la ultima llena de libros.
Mateo se sentó en una de las sillas rotas pero no parecía importarle y cogió una caja de fotografías.
Marga prefirió entrar en la habitación de Jorge antes que quedarse con ese extraño abraza-desconocidas.
- ¡No! ¡no entres!- dijo su amigo, ¡ya casi esta!
Marga respiro hondo y se volvió a sentar. En la mesa una jarra, seguro que el vino ya estaba avinagrado.
Mateo se mesaba la barba queriendo mostrase interesante. La chica cogió un libro de la gran montaña y empezó a ojearlo. Estaba ya por la pagina tres cuando se percató de la tranquilidad que reinaba en ese extraño lugar. Sólo se oía el sonido de alguien rompiendo papeles. Era Mateo.
Jorge salió de su escondrijo y por fin dijo:
-¡Vamos!
- Oye, susurró Marga, ¿qué le pasa a tu amigo?
No te preocupes, su novia le ha dejado, esta rompiendo sus fotos. Hace lo mismo con cada novia que tiene.
La chica se relajó cuando cerraron la puerta de ese piso y empezaron a subir las escaleras.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al tocar con la mano la cortina de terciopelo azul que daba paso a una pequeña terraza.
Menudo espectáculo, varios cojines esparcidos por el suelo de todos los colores: rojos, verdes, lilas, naranjas y amarillos. Una bandeja con un par de vasos y una tetera humeante les estaba esperando.
Una sonrisa se dibujó en su cara de sorpresa.
- Te he preparado un pequeño concierto. Solo para ti.- Dijo Jorge cogiendo la guitarra.-
¡Siéntate!
Marga no dijo nada, solo se sentó, sirvió un poco de té en cada vaso y se dispuso a escuchar la canción que ya estaba tocando su amigo.
Después de tres o cuatro piezas Marga se animó y le acompañó cantando, cosa que no hacia desde adolescente. Incluso Jorge le enseñó un par de acordes lo que acabó con carcajadas a pleno pulmón. Se tumbaron encima las mantas. No se veían nubes, pero tampoco había estrellas. Estuvieron unos minutos mirando el cielo. En silencio, la respiración de Jorge era mas profunda.
Esa noche no terminó hasta las nueve de la mañana. Marga volvió a su casa habiendo rejuvenecido por unos instantes siete años, habiéndose permitido no ser la chica responsable mientras el sol dormía y recordando que los labios de Jorge sabían a fresa ácida.
Escrito por Mar de Borja.
Por fin habían conseguido quedar. Llevaban más de un mes intentando tener una cita.
Primero ella; estuvo cuatro días en Bruselas. En el gabinete habían sido claros, debía asistir a tres conferencias sobre leyes internacionales y, por supuesto, hacerse ver en los actos protocolarios: El cóctel de bienvenida y la cena de gala.
Al llegar tuvo que hacer un par de seminarios en la universidad, eso siempre viene bien- le había dicho su jefe- nos da prestigio. ¡Si claro! pero ella ya tenia trabajo con el caso de Rodríguez.
Por si eso fuera poco a su mejor amiga no se le había ocurrido mejor momento para parir a su primera hija.
Y luego había sido él; no se perdió ni un concierto en el festival reggae de Tormandos. Autobús arriba, autobús abajo y pocas horas de sueño. Volvió, hizo una lavadora y se marchó de nuevo. En Ibiza un amigo suyo le estaba esperando para inaugurar su piso. Sin su guitarra no podía estrenar la casa, le gritó por el auricular del móvil. Pope, tan loco como siempre…
Aunque solo estuvo el fin de semana, tanta fiesta pasa factura. Las dos semanas siguientes se las pasó en cama y como único acompañante la gripe, tres mantas y un antibiótico cada 6 horas.
Y ahora, por fin, Marga estaba poniendo la mesa para cenar con Jorge. Parecía un chico majo, no se conocían demasiado pero quizá esta vez sí salía bien. Por lo menos había entendido que ella estuviera tan ocupada, posiblemente él también lo estaba, pensó.
Sabía que era un aventurero nato y justamente por eso le apetecía quedar con él, un cambio de rumbo en su vida no le vendría mal.
Al risotto le faltaba poco. Ella se duchó, se perfumó, se alisó el pelo, se maquilló, se puso su falda preferida, la negra y la conjuntó con una blusa azul pastel. Un colgante discreto y todavía faltaban diez minutos para las nueve.
Las nueve. Sacó el vino de la nevera y lo puso en la mesa, pulsó el play de la mini cadena plateada situada en un rincón del salón y empezó a sonar “la chica de Ipanema”.
Las nueve i cinco, estará aparcando pensó, encendió la lamparita del fondo y apagó la general para darle un ambiente mas romántico a la sala. Cogió la botella de vino y se dispuso a descorcharlo. El metal del cuchillo estaba frío y le costó varios intentos sacar el plástico que envolvía el corcho del Rioja. Finalmente se sirvió una copa; la alzó, observó su rojizo contenido a contraluz, lo olió y por último lo cató.
Ya eran las nueve y veinte y el chico no había aparecido. Marga fue a mirar su agenda; Efectivamente tenia escrito “viernes 20 de Enero a las 21.00 cena con Jorge en casa.”
A las diez, se dispuso a comerse el risotto amazacotado y a beberse la botella de vino entera. ¡Que menos! otra cita sin éxito. Pero esta era la peor y de largo, por lo menos las otras se habían presentado, esta ni siquiera había llamado.
Cuando terminó de cenar, sentada en el sofá, se sacó sus anteojos de pasta, rectangulares de color negro y los puso encima de la mesita del salón. Se tapó con la manta verde y encendió la tele a ver cualquier estúpido programa.
Así, se quedó dormida hasta que el teléfono sonó en mitad de la noche, cuando ya nadie lo esperaba.
- ¿Si?- respondió Marga.
- Hola Marga, soy Jorge.-dijo el chico con tono animado.
- ¿Jorge?
- Si, ¿como estas?
- Mmmmm
- ¿Te llamaba para ver si querías quedar conmigo?
- ¿Cómo quedar contigo?
- Si, para tomar algo.
- ¿Me estas tomando el pelo?- preguntó Marga bastante cabreada.
- No, ¿Por qué? ¿No te apetece?
- A ver Jorge-dijo la chica intentando guardar la calma- habíamos quedado HOY para cenar en mi casa, a la NUEVE. No te has presentado y ahora- miró hacia su muñeca- ¿a las 12h me llamas a casa para decirme que si quiero tomar algo contigo?
- ¡Noooooo?- dijo Jorge incrédulo. ¿habíamos quedado hoy?
No obtuvo respuesta.
- Entonces… Marga, lo siento, lo siento, lo siento. Se me había pasado por completo ¡De verdad! Imagínate que te llamaba para vernos. Déjame compensarte. Por favor, por favor, esto no puede quedar así.
A pesar de estar medio dormida y todavía un tanto enfadada por el plantón, sonrió al ver que el chico tenia interés por ella.
- ¡Ya lo tengo!- exclamó. En una hora. Nos vemos en una hora en la calle Picasso nº13, 5º 2ª. Te tendré una sorpresa preparada.
- ¿Ahora?
-Te espero- dijo el chico emocionado antes de colgar.
Marga se quedó pensativa con el auricular en la mano. La noche todavía podía acabar bien.
Se enfundó unos tejanos nuevos, en lugar de la falda ya arrugada, se retocó un poco y salió a la calle. Prefería ir andando y que le diera el aire. No estaba demasiado lejos.
Llegó diez minutos antes pero estaba tan impaciente por ver la sorpresa que Jorge le había preparado que no pudo controlarse y pulsó el timbre del interfono.
Nadie respondió. Marga alzó la vista, miró el viejo edificio y vio que las ventanas de la casa estaban todas cerradas.
No por favor-pensó-que no me haya equivocado escribiendo la dirección.
De pronto el interfono emitió un ruidito vibrante bastante molesto, ella empujó la puerta y se abrió.
La escalera no estaba en muy buen estado; la barandilla estaba oxidada y la luz se apagaba antes de llegar al siguiente interruptor. Por supuesto, no había ascensor y tuvo que subir andando hasta el quinto piso.
Al llegar arriba golpeó la puerta con la mano.
Ya casi era la 1h de la mañana.
Desde dentro se oyó un:
- ¡Ya voooooy!
En ese momento sus manos empezaron a sudar y su respiración se aceleró ligeramente, casi de manera imperceptible.
Cuando la puerta se abrió, un chico se abalanzó sobre ella, abrazándola. Esta sorprendida se retiro unos pasos sin logar soltar palabra. No conocía de nada al moreno que tenia delante. No estaba nada mal, ¿pero a que venia todo aquello?
Se oyeron unos pasos que bajaban por la escalera y rompieron la tensa escena.
- Veo que ya conoces a Mateo, mi compañero de piso.
- Bueno la verdad es que…
Jorge se acercó hacia ella y antes que pudiera terminar la frase le susurró que no le hiciera mucho caso ya debería estar medio borracho.
Marga entró en la caótica casa de Jorge. Solo en la entrada una gran montaña de ropa no les dejaba abrir la puerta. Eso es de Ruth, le comentó el chico, dice que no le cabe en la habitación.
- Tu como si estuvieras en tu casa le dijo al llegar al salón. Ja! Como en su casa- pensó ella. Consiguió coger la silla que parecía mas entera para sentarse, ya que las otras dos estaban rotas y la ultima llena de libros.
Mateo se sentó en una de las sillas rotas pero no parecía importarle y cogió una caja de fotografías.
Marga prefirió entrar en la habitación de Jorge antes que quedarse con ese extraño abraza-desconocidas.
- ¡No! ¡no entres!- dijo su amigo, ¡ya casi esta!
Marga respiro hondo y se volvió a sentar. En la mesa una jarra, seguro que el vino ya estaba avinagrado.
Mateo se mesaba la barba queriendo mostrase interesante. La chica cogió un libro de la gran montaña y empezó a ojearlo. Estaba ya por la pagina tres cuando se percató de la tranquilidad que reinaba en ese extraño lugar. Sólo se oía el sonido de alguien rompiendo papeles. Era Mateo.
Jorge salió de su escondrijo y por fin dijo:
-¡Vamos!
- Oye, susurró Marga, ¿qué le pasa a tu amigo?
No te preocupes, su novia le ha dejado, esta rompiendo sus fotos. Hace lo mismo con cada novia que tiene.
La chica se relajó cuando cerraron la puerta de ese piso y empezaron a subir las escaleras.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al tocar con la mano la cortina de terciopelo azul que daba paso a una pequeña terraza.
Menudo espectáculo, varios cojines esparcidos por el suelo de todos los colores: rojos, verdes, lilas, naranjas y amarillos. Una bandeja con un par de vasos y una tetera humeante les estaba esperando.
Una sonrisa se dibujó en su cara de sorpresa.
- Te he preparado un pequeño concierto. Solo para ti.- Dijo Jorge cogiendo la guitarra.-
¡Siéntate!
Marga no dijo nada, solo se sentó, sirvió un poco de té en cada vaso y se dispuso a escuchar la canción que ya estaba tocando su amigo.
Después de tres o cuatro piezas Marga se animó y le acompañó cantando, cosa que no hacia desde adolescente. Incluso Jorge le enseñó un par de acordes lo que acabó con carcajadas a pleno pulmón. Se tumbaron encima las mantas. No se veían nubes, pero tampoco había estrellas. Estuvieron unos minutos mirando el cielo. En silencio, la respiración de Jorge era mas profunda.
Esa noche no terminó hasta las nueve de la mañana. Marga volvió a su casa habiendo rejuvenecido por unos instantes siete años, habiéndose permitido no ser la chica responsable mientras el sol dormía y recordando que los labios de Jorge sabían a fresa ácida.
Escrito por Mar de Borja.
dimarts, de març 06, 2007
me me me parece que tengo deberes
Aprovecho q Nando me esta pidiendo post nuevo yaaaaaaaaaa urgentisimo para colgar un meme que me pidió Antígona k ya tardo y la convocatoria esta a punto de terminar. Si me descuido me hace ir en septiembre :P
Trabajos que he tenido:
1. canguros mil i de au pair (ya lo sabeis). Estuve viviendo un par de meses en Canadá cuidando un niña de dos añitos la mar de mona. Me lo pasé genial y al contrario q la experiencia de Antígona fue uno de mis mejores veranos de mi vida.
2. Recepcionista de hotel. Sísi con mi conjunto americana y falda verde. Por supuesto, la sonrisa puesta destras del mostrador. No estubo nada mal. :)
3. En una central de reservas de hoteles, buenas tardes le atiende déjà vie, ¿digame? por una temporadita no estubo mal, lo mejor: el horario, los compañeros, las fiestas que nos pegabamos dspues del curro, la cena fin de año, el megalote, y q trabajaba d mi ramo.
4. De guia. Excursiones radiales de dia entero, fin de semana o tres dias. La mayoria abueletes en plan imserso pero sin serlo. Lo dejé pq la organización era fatal y luego encarate tu sola a 60 personas cabreadas. La agencia de viajes todavia me sigue llamando...
Películas que puedo ver una y otra vez:
Pocas no soy de rever peliculas. Me cuesta bastante que algo (incluido peliculas) me guste mucho. Por eso verla una vez puede estar bien pero tanto como repetir...
1. la vida es bella. (preparad la caja de kleenex)
2. Volver. Me gustó bastante. y no se me courre demasiado mas...
Programas que me gustan:
1. Polonia.
2. He empezado a ver Mir y..dicen q es una copiada q tal y q pascual pero yo lo veo.
3. emmmm emmmm emmm siempre veo las noticias.
4. nuseeeeeeeeee
Platos favoritos:
1. macarrones gratinados.
2. jamon jamon.
3. pizza.
4. m encanta el foie (pero no se lo digais a nadie, solo como en ocasiones especiales)
Sitios de internet que visito a diario:
1. mis correos
2. mi blog.
3. vuestros blogs
4. la pagina de la uni ( dossiers electronicos, apuntes, correo, notas, expediente...)
Lugares donde me gustaría estar ahora:
1. en el caribe.
2. en la india.
3. en Tailandia
4. en cuba.
Trabajos que he tenido:
1. canguros mil i de au pair (ya lo sabeis). Estuve viviendo un par de meses en Canadá cuidando un niña de dos añitos la mar de mona. Me lo pasé genial y al contrario q la experiencia de Antígona fue uno de mis mejores veranos de mi vida.
2. Recepcionista de hotel. Sísi con mi conjunto americana y falda verde. Por supuesto, la sonrisa puesta destras del mostrador. No estubo nada mal. :)
3. En una central de reservas de hoteles, buenas tardes le atiende déjà vie, ¿digame? por una temporadita no estubo mal, lo mejor: el horario, los compañeros, las fiestas que nos pegabamos dspues del curro, la cena fin de año, el megalote, y q trabajaba d mi ramo.
4. De guia. Excursiones radiales de dia entero, fin de semana o tres dias. La mayoria abueletes en plan imserso pero sin serlo. Lo dejé pq la organización era fatal y luego encarate tu sola a 60 personas cabreadas. La agencia de viajes todavia me sigue llamando...
Películas que puedo ver una y otra vez:
Pocas no soy de rever peliculas. Me cuesta bastante que algo (incluido peliculas) me guste mucho. Por eso verla una vez puede estar bien pero tanto como repetir...
1. la vida es bella. (preparad la caja de kleenex)
2. Volver. Me gustó bastante. y no se me courre demasiado mas...
Programas que me gustan:
1. Polonia.
2. He empezado a ver Mir y..dicen q es una copiada q tal y q pascual pero yo lo veo.
3. emmmm emmmm emmm siempre veo las noticias.
4. nuseeeeeeeeee
Platos favoritos:
1. macarrones gratinados.
2. jamon jamon.
3. pizza.
4. m encanta el foie (pero no se lo digais a nadie, solo como en ocasiones especiales)
Sitios de internet que visito a diario:
1. mis correos
2. mi blog.
3. vuestros blogs
4. la pagina de la uni ( dossiers electronicos, apuntes, correo, notas, expediente...)
Lugares donde me gustaría estar ahora:
1. en el caribe.
2. en la india.
3. en Tailandia
4. en cuba.
dissabte, de març 03, 2007
Hoy me apeteces
acurrucarme en tu sofá mientras me acaricias el pelo
que recorras con tus dedos mis cicatrices.
Mirarte mientras duermes.
Me apetece comer cerezas a medias
y reseguir tus labios con mi lengua.
Me apeteces tu. Hoy.
Subscriure's a:
Missatges (Atom)
